En un fervoroso discurso de toda una insufrible hora,
escuché al alcalde de Coatzacoalcos, Víctor Carranza Rosaldo, decir “somos un
gobierno de izquierda…”. Los asistentes tomaron aire, se sintieron como
próceres mesiánicos y se aprestaron a escuchar los siguientes minutos de
naderías fervientes.
No pude contener la pregunta “¿a qué llaman izquierda estos
tipos?” ¿Sabrán siquiera qué significa izquierda?
Acababan de mandar a la calle, de la manera más arbitraria,
a los 30 músicos que integraban la Orquesta de Música Popular de Coatzacoalcos.
¿Puede decirse de “izquierda” alguien que está en contra de los trabajadores?
–Y no era cualquier tipo de trabajador, eran los que integraban una orquesta
con 43 años de vida, que había resistido los embates de los peores gobiernos de
Coatzacoalcos, los recortes de presupuesto, la falta de mantenimiento a los
instrumentos. Pero nadie los había enviado a la calle por considerarlos
inútiles.
Una “izquierda” que está contra del arte y del trabajador.
No, me dije, eso no puede ser izquierda ni en la más crasa ignorancia.
Afortunadamente, el Tribunal Superior de Justicia de Veracruz, puso en orden
este exceso arbitrario de la “izquierda” porteña.
Y es que hay una serie de características que definen a la
izquierda en el mundo conceptual: A. La izquierda está con el trabajador, busca
la unidad de los trabajadores y todas las garantías laborales. B. La izquierda fomenta
las artes y las ciencias, busca su difusión y su crecimiento. C. La izquierda está
a favor de la libertad de pensamiento, de la tolerancia y de la democratización
del poder.
Nada de esto se cumplía en el momento en que ese alcalde,
que llegó a llamarse “Comandante Supremo” de la seguridad municipal, se decía
ser de “izquierda”.
Bien decía el maestro Roberto Williams García: “la
ignorancia es osada…”.
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