Javier Pulido Biosca
Con el cinismo y el autoritarismo que
caracterizan al actual gobierno federal y que permea la mente de una mayoría de
mexicanos, se dice que Pemex y la CFE suman un pasivo laboral de más de 2
billones de pesos. Pero no lo explican ni lo demuestran, sino que lo convierten
en una propiedad de todos los mexicanos.
Y, claro, los legisladores, dominados por la ignorancia,
la mediocridad y los compromisos, ni siquiera pidieron que se les demostrara para
aprobar que una fracción de esa deuda la cargara el pueblo de México a través
de sus impuestos.
De repente salió un pasivo laboral
inconmensurable, cuando hace apenas un año, el consejero profesional de Pemex
Fluvio Ruíz de Alarcón declaró a este redactor que los compromisos laborales de
Pemex apenas llegaban al 1% del flujo de efectivo que tiene la empresa de los
mexicanos (o que tenía antes de convertirse en una empresa “productiva” del
gobierno).
Para que el lector tenga idea de la dimensión
del flujo de efectivo de Pemex, nada más en su balanza comercial se contemplan
saldos a favor que se ubican en un promedio de 2 mil millones de dólares, es
decir, 26 mil millones de pesos mensuales, del que 260 millones de pesos mensuales
corresponden a las obligaciones laborales, que se cubren mensualmente a los
trabajadores activos y jubilados.
No es posible que la CFE tenga el resto de los
pasivos laborales hasta completar los 2 billones de pesos, aunque no hay cifras
de esto.
¿De dónde salen entonces los 2 billones de
pesos?
Son una gran falacia de esas en las que se
aprovechan los políticos de la gran ignorancia que tienen los mexicanos sobre
los datos de la administración pública y de la aritmética elemental.
Para eso crearon el pésimo sistema educativo
con que cuenta el país y, aunque sea indignante, les da resultados a quienes lo
crearon.
Twitter: @JPBiosca
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