Erasmo de Acá
“Voy a parafrasear al
presidente López Obrador: la historia nos va a poner en el lugar que nos toca”.
Erick Patrocinio Cisneros Burgos.
Hace muchos años,
huyendo de una investigación, debido a que su padre y su abuelo eran
funcionarios de la administración
pública, salieron de su natal Otatitlán a buscar nuevos horizontes, por la
forma en que desaparecieron se dice se volvieron bolas de humo, así lo decían
sus paisanos, a Erick Patrocinio le toco ser la Bola Ocho, emulando el
acharolado color de la bola de billar de ese número, la vida de este obscuro
personaje se ambientó en un municipio de Baja California Sur, Múgele, lugar en
donde fue funcionario público, cuestionado y acusado de grandes desvíos del
erario público, Erick Cisneros es en esa entidad un empresario dueño de una
gran fortuna, un hombre rico pues.
La sombra de este
negro personaje por dentro y por fuera, ha sumido a Veracruz en la
incertidumbre, en una gran crisis de amplio espectro, económica, política, de
salud, de seguridad entre otros rubros, su control del poder ejecutivo es
evidente, pero… todo tiene un principio y un fin, y el del Bola se advierte
obscuro, hay muchas facturas pendientes por pagar en este gobierno que se va,
el mensaje claro y tajante lo recibió del mismísimo Andrés Manuel, desde su
palestra pública, la hoguera mañanera, quien públicamente critico su dispendio
electorero y lo conminó a renunciar, Respuesta dada, que se advierte a todas
luces actuada en la parodia sin fin.
Parece que la bola cayó
en la buchaca (así llamados cada uno de los seis agujeros de la mesa de billar)
después de un golpe en la mesa, y de paso su fiel escudero la Fiscal general, quien
no ha hecho otra cosa que seguir paso a paso sus indicaciones, sin importar
torcer la Ley, a pesar de que el juramento del abogado al recibir su grado, es
el de defender la ley y solo por encima de esta, la justicia.
Negros nubarrones se ven en el horizonte del palacio de Gobierno Xalapeño, que gobierno éste, el de Cuitláhuac García, ha dejado en el territorio Veracruzano una profunda herida. Este fin de gobierno en Veracruz se advierte sangriento, y los veracruzanos esperamos lo que sigue, se irá uno malo y llegará otro peor, así es la maldición jarocha, así es la bamba violenta.
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