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miércoles, 30 de julio de 2014

Un país sin soberanía ni recursos




Ya no entendemos a cambio de qué fue que el gobierno federal puso todo su aparato autoritario para implementar reformas que entrañan grandes perjuicios y ningún beneficio.

Reformas que, además, fueron escritas desde los servicios de inteligencia a cargo de los EU y dadas a las huestes de los politicastros traidores desde la embajada de dicho país en México.

Parece una mentira que las infinitas riquezas mineras, petroleras, de energía eléctrica, aguas, transporte y telecomunicaciones, cuyos rendimientos habían bastado –y sobrado– para que los aprovecharan las sucesivas hordas de predadores sexenales, dejando la fuente de beneficio para que los sucesores, igualmente voraces, las aprovecharan si necesidad de que afectaran las manipulaciones sociales, las dádivas y limosnas político–electoreras.

No entendemos por qué mataron a la “gallina de los huevos de oro” a cambio de algunos miles de millones para sus bolsillos cubiertos por la impunidad maravillosa del país, pero que dejan a la siguiente generación de delincuentes y usurpadores, desprovista de los recursos para hacer lo mismo que cada generación que ha venido aprovechando las infinitas riquezas mexicanas.

Esa nueva generación, cuando vea que ya todo se fue y pasó a manos de las compañías, tal vez pueda desear perseguir a los responsables del saqueo que abarató el costo (eso debería hacer).

Entonces se podrá prescindir de los partidos de seudo oposición y su retórica manipuladora perderá toda relevancia, porque serán los mismos usurpadores de la próxima camada los que persigan a sus predecesores.


Así, desde dentro, las cosas volverán a su equilibrio. Pero hasta entonces el perjuicio social será inconmensurable. Ojalá esto último fuera mero pesimismo falto de realidad.

domingo, 4 de agosto de 2013

¿Para qué empobrecer a México?

Operaciones como la ilegal venta de los activos de la nación a Mexichem, disfrazadas como una necesidad para mantener el empleo, ponen de manifiesto el interés de los sucesivos gobiernos de México para empobrecer al trabajador y fortalecer los monopolios privados.

Las dos cosas van aparejadas: el empobrecimiento del trabajador por la vía de los salarios bajos se conjuga con el robustecimiento de los monopolios privados que se limitan a ofrecer salarios cada vez más bajos para los que soliciten los puestos de trabajo cada vez más demandados.

Ambas cosas son contrarias a los convenios internacionales firmados por México. Ambas cosas tienen una historia, cientos de veces avalada por los medios masivos, limitados a la mera reproducción de las declaraciones de funcionarios, sin cuestionar siquiera la veracidad de lo que dicen.

Un reciente estudio de la UNAM refleja las cosas que vienen sucediendo desde hace 30 años: en 1982 los trabajadores podían comprar si querían, 51 kilos de tortillas con un salario mínimo, hoy solamente pueden adquirir cinco kilogramos, es decir, los trabajadores mexicanos son diez veces más pobres.

Este retroceso contraviene el Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales signado por México, al igual que el Protocolo Facultativo de dicho Pacto, que cabe decir que, desde el 5 de mayo pasado son ya exigibles desde el derecho internacional.

Según puntualiza la información, los salarios de los mexicanos son devorados por el incremento constante de los precios. Además, las remuneraciones registran una constante baja, por ejemplo, en 2010, 3.9 millones de trabajadores ganaban hasta cinco veces el salario mínimo –35.0 pesos por día–; no obstante, este número de mexicanos se redujo a 3.5 millones al primer trimestre del 2013.

MONOPOLIOS

Es también notable la concentración económica que está favoreciendo el gobierno de México, y que deriva en el robustecimiento de los monopolios privados, no obstante que la Constitución Política Mexicana prohíbe, en su Artículo 28, que a la letra dice:
“En los estados unidos mexicanos quedan prohibidos los monopolios, las prácticas monopólicas, los estancos y las exenciones de impuestos en los términos y condiciones que fijan las leyes. El mismo tratamiento se dará a las prohibiciones a titulo de protección a la industria”.

Y para que nuestro lector pueda apreciar otro de los aspectos ilícitos de la venta de Pajaritos a Mexichem, vemos otro pasaje constitucional: “la ley castigara severamente, y las autoridades perseguirán con eficacia, toda concentración o acaparamiento en una o pocas manos… todo lo que constituya una ventaja exclusiva indebida a favor de una o varias personas determinadas y con perjuicio del público en general o de alguna clase social”.

Y aclara, para que la ignorancia de políticos, como las recientes declaraciones de Partido de Acción Nacional se ponga en evidencia, pues la Constitución es precisa:

“No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas: correos, telégrafos y radiotelegrafía; petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radioactivos y generación de energía nuclear; electricidad y las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión”.

“El Estado contará con los organismos y empresas que requiera para el eficaz manejo de las áreas estratégicas a su cargo y en las actividades de carácter prioritario donde, de acuerdo con las leyes, participe por si o con los sectores social y privado”.

Así entonces, estamos ante la desaparición del Estado a manos de un gobierno que le traiciona, ya que el Estado lo integra el conjunto de leyes y el gobierno tiene la función de hacerlas cumplir. Al no hacerlo el gobierno pierde su legitimidad y se torna en tiranía, en este caso en manos de un conservadurismo apátrida.

Twitter: @JPBiosca